Por Milton R. Barrera y Luis Enrique Galván Fotos: cortesía de ARRI

En la vanguardia de la industria cinematográfica, ARRI ha presentado un avance significativo con la nueva cámara Alexa 265, un elemento que llega a reescribir las posibilidades técnicas y narrativas en el cine. En una conversación con el director de fotografía Alejandro Mejía AMC (‘In the Summers’, 2024), quien lideró la realización del proyecto demo titulado ‘Pulse’, descubrimos los retos y las oportunidades que este nuevo formato ofrece para la cinematografía contemporánea.

 

 

Una invitación especial

A finales de 2023, Alejandro Mejía fue invitado por ARRI para ser uno de los primeros en probar la Alexa 265, continuando una colaboración que se había fortalecido tras la filmación de ‘In the Summers’ y su participación en la conferencia ARRI Close Up. La oportunidad llegó acompañada de un gran nivel de confidencialidad, comenzando con la firma de acuerdos de no divulgación y el descubrimiento de que la cámara, en su etapa inicial, llevaba el curioso nombre clave de TinyRick.

“El verano del año pasado, participé en una serie de pláticas en las que invitaron a directores de fotografía para discutir algunos proyectos y compartir experiencias. Días después, me llamaron a sus oficinas para firmar muchos acuerdos de confidencialidad. Yo no conocía el nombre real de la cámara en ese momento y me pidieron ser su embajador para realizar este nuevo proyecto. No querían el típico demo de cámara en el que sales a la calle con una modelo y listo, donde experimentas la profundidad de campo en tomas sencillas. Todos hemos visto esos demos y normalmente, son poco atractivos. Para mí fue un reto porque yo tampoco quería hacer algo común

y durante ese tiempo, mi agenda estaba un poco apretada porque tenía un proyecto de largometraje para filmar en México, sin embargo, pensé que no podía dejar pasar la oportunidad. Ellos confiaban en mí, además de que me parecía muy interesante y emocionante poder probar una cámara nueva”.

“Mencionaron que era muy importante demostrar la movilidad que ofrece la cámara al ser muy portátil: ¨Queremos que haya movimiento¨, dijeron. Inmediatamente, pensé en algo que no fuera tan complicado, que me permitiera revelar la ciudad de Nueva York como un personaje y mostrar la portabilidad de la cámara, además de los otros aspectos técnicos.

Una carta de amor a Nueva York

La propuesta de Alejandro tomó forma en ‘Pulse’, un proyecto que convierte a la ciudad de Nueva York en un personaje que expresa el ajetreado ritmo y diversidad del lugar. A través de una coreografía diseñada por Mia Hjelte, ex primera bailarina de Royal Ballet de Suecia, y con bailarines seleccionados especialmente para esta pieza, Alejandro Mejía AMC logró capturar la esencia de la ciudad en su transición del día a la noche.

“Estoy cumpliendo catorce años viviendo en Nueva York y me nacía poder expresar esta sensación de amor-odio que muchos de los que vivimos aquí sentimos. Pensé en mi amiga Mia, quien también conoce esta ciudad y en quien podía confiar en encontrar los mejores lugares para filmar y sacar el mayor provecho. Nueva York siempre me ha parecido un lugar lleno de historias,” explica Alejandro. “Con ‘Pulse’, quería rendir homenaje a su energía y a su gente”.

“Desde luego, algo importante para mí fue incluir la presencia mexa o latina en el proyecto, tanto detrás de cámaras como frente a ella. Estos eran mis primeros objetivos”.

 

 

A pesar del apretado presupuesto con el que contaba, Alejandro armó su crew y se puso en marcha para crear este proyecto. Integró a talentos emergentes como Fernando Rocha y Samuel Romero, quienes participaron como asistentes de cámara y el detrás de cámaras. A su vez, colaboró con un artista de Guerrero que forma parte de la danza de los tecuanes, trayendo la presencia del jaguar a las calles neoyorquinas.

“La inclusión de la danza de los tecuanes no solo fue un guiño a mis raíces, sino también una forma de mostrar la riqueza cultural de México al mundo”, señala el cineasta.

“El proyecto se llama ‘Pulse’ porque es la vibración de la ciudad. Inicialmente, consideré opciones como hacerlo en el foro virtual de ARRI, o dividir la filmación entre el día y la noche, pero eventualmente la idea fue transformándose hacia una historia que nos llevara a vivir un ciclo completo de un día en Nueva York, comenzando al amanecer y culminando en el atardecer y me enfoqué en locaciones icónicas con las que tengo una conexión personal”.

 

 

El potencial de un nuevo formato

Técnicamente, la ARRI Alexa 265 sorprende desde el primer momento. Con un sensor 6.5K de formato horizontal nativo 2.12:1, esta cámara ofrece una profundidad de campo que redefine el uso de lentes angulares. Alejandro utilizó principalmente lentes Prime 65, destacando un 24mm por su capacidad de capturar arquitectura sin distorsión. Además, el ARRI DNA 65mm con apertura T1.6, fue clave para retratos, generando una profundidad de campo mínima que intensificó la atmósfera emocional de la pieza.

“Investigué sobre muchas películas hechas en ese formato como ‘Revenant’, ‘Bardo’, ‘Roma’, ‘Barbie’, ‘Parasite’, etcétera. Es un formato que tiene cierto prestigio y yo tenía mucho interés en ver cómo lo habían utilizado antes. Llevé a mi asistente de cámara, Stéphane Renard, quien fue asistente de cámara en ‘Moonlight’ y con quien tengo trabajando un rato y también invité a Makoto Matsuo, mi gaffer . Otra persona muy importante en este proyecto fue Sawyer Oubre, mi operador de Steadycam. Él ha trabajado en proyectos increíbles como ‘Anora’ de Sean Baker y es uno de mis operadores de cámara y grandes amigos aquí en Nueva York. Fue mi operador en ‘Pulse’ y su complicidad hizo que todo el proceso fuera muy disfrutable”.

“La primera impresión que tuve fue que fisicamente la cámara es muy parecida a la ARRI Alexa 35, solo que un poco más ancha; esa fue mi reacción inicial. Sin embargo, al conocer más sobre ella, me di cuenta de lo interesante que era el sensor. Como muchos saben, el formato nativo del sensor es horizontal, con una relación de aspecto de 2.12:1, similar al formato 2.39:1, lo que lo acerca de alguna manera al anamórfico, pero usando lentes esféricos. Así que al colocar los lentes, lo primero que notas es la calidad del formato y cómo afecta la profundidad de campo. Lo más fascinante es que, aunque pongas un lente angular, como un 40mm o un 30mm, notas la diferencia en la profundidad de campo y eso es maravilloso”.

“ARRI me ofreció varios sets de lentes para probar e hice una selección de los que más me gustaron. Uno de mis favoritos fue un lente de 24mm que en este formato, equivale aproximadamente a un 12mm en 35mm. Lo impresionante de este lente es que no tiene distorsión por lo que fue perfecto para las tomas de arquitectura y terminé usándolo muchísimo en el proyecto. En general, lo más emocionante fue experimentar con todos estos lentes y descubrir cómo se desempeñan en distintas situaciones; esto me permitió aprovechar al máximo las características únicas del formato y la cámara”.

“Cuando tuve la cámara en mis manos por primera vez, hice una broma que no está tan alejada de la realidad: la sensación de usarla es como volar en primera clase y luego tener que regresar a turista; o como subirte a un coche de súper lujo y después volver al tuyo en el que tienes que bajar la ventana porque no tiene aire acondicionado”, comparte entre risas. “No es algo tan extremo, porque la ARRI Alexa 35 y otras cámaras también tienen lo suyo, pero con esta cámara entiendes por qué las películas épicas de Hollywood suelen filmarse en este formato.”

 

 

 

 

Innovación y colaboración

Una ventaja de la experiencia fue el carácter colaborativo del proceso. Al trabajar con una cámara prototipo, Alejandro tuvo la oportunidad de interactuar directamente con los ingenieros de ARRI quienes recibieron su retroalimentación .

“Desde el primer momento me sentí muy cómodo con la cámara, principalmente porque su menú y configuraciones son prácticamente idénticos a los de la Alexa 35, una cámara con la que ya llevo bastante tiempo trabajando y eso facilitó mucho las cosas. Aunque la cámara que usé era un prototipo todavía en desarrollo, lo interesante fue que un ingeniero de Alemania estuvo presente para recibir feedback de mi equipo y mío. Nos llenó de orgullo saber que nuestras sugerencias se tomaron en cuenta y posteriormente, se implementaron mejoras basadas en ellas. Fue un momento de esos en los que te das cuenta de que estás trabajando en otro nivel, en otras ligas. Es raro tener la oportunidad de influir directamente en el desarrollo de una herramienta como esta. Fue un verdadero privilegio”, agrega. “Algo que también me llamó mucho la atención fue cómo la cámara se desempeñó al momento del crepúsculo en el cierre del proyecto ‘Pulse’. Ahí, trabajé principalmente con el rango dinámico y la sensibilidad nativa de la cámara. Me explicaron que este prototipo ofrecía dos pasos más de rango dinámico que su predecesora, subiendo de 13 a

15 pasos. El ISO nativo era de 800, pero para esas tomas lo aumenté hasta 1600 y la calidad fue impecable. Incluso me comentaron que el límite de ese modelo era 2000 ISO, aunque ahora puede alcanzar 3200 o incluso 6400, según las actualizaciones”.

Alejandro comparte que fue fascinante poner a prueba las capacidades de la cámara y ver cómo respondía a diferentes situaciones lumínicas.

“Experimenté con diferentes lentes y diferentes diafragmas, como un T1.6 y otros más cerrados, en un rooftopen Brooklyn. Las luces de la ciudad, el tren pasando y el uso exclusivo de luz natural, crearon una atmósfera increíble. Aunque tuve oportunidad de usar iluminación adicional, decidí no usarla, porque me gusta el naturalismo y quería evaluar cómo respondía la cámara por sí sola con solo los lentes. El resultado fue justo lo que buscaba, la cámara capturó perfectamente lo que quería transmitir”.

“El flujo de trabajo de la Alexa 265 es similar a la Alexa 35, aunque los archivos son mucho más pesados. Sin embargo, a diferencia de otras cámaras que requieren un proceso más complejo, como el uso de computadoras especializadas con software que lea ciertos codecs , aquí tuvimos acceso a un software que descargamos directamente en la computadora. Eso es algo maravilloso porque simplifica enormemente el proceso y ayuda a los directores de fotografía a ser más eficientes”.

La innovación de ARRI ha llegado para crear un nuevo escalón en dirección a la democratización de herramientas de gran magnitud, poner a disposición la posibilidad de capturar el material como los proyectos de gran presupuesto lo han realizado y brindar la oportunidad de experimentar los beneficios técnicos que tiene para la imagen. La óptica y el juego con este sensor, ha puesto sobre la mesa nuevas ideas de experimentación frente al narrar historias.

“Es incluso la llegada a futuro de la redefinición de dinámicas de trabajo. Fue impresionante poder descargar el material mientras viajábamos en la camioneta. Esto habla de lo sumamente sencillo que una herramienta tan grande tiene en juego para su accesibilidad”, adjunta Alejandro Mejía.

El proceso de dirigir

Dirigir no era un territorio completamente nuevo para Alejandro, pero con ‘Pulse’ tuvo la oportunidad de explorar más a fondo ese rol.

“Antes de mudarme a Nueva York, dirigí un show de televisión con conciertos en México. Era algo que disfrutaba muchísimo, trabajando con personas increíbles como Carlos Rossini AMC (‘La camarista’), Santiago Sánchez AMC (‘Rabia’), Hatuey Viveros (‘Mi mundo en minúscula’) y otros”, recuerda.

Durante la pandemia, Alejandro también realizó un cortometraje que espera poder mostrar este año, proyecto en el que muestra su interés constante por la narrativa audiovisual desde distintos ángulos.

“Como cinefotógrafo, he adquirido mucha experiencia colaborando con directores y actores. Esa interacción te da una perspectiva única y dirigir se da de manera natural. Después de haber hecho ‘Pulse’, he recibido comentarios que sugieren que debería dirigir más. Aunque no está en mis planes inmediatos, es algo que me interesa; me sentí muy cómodo dirigiendo este proyecto, sobre todo por el gran equipo con el que trabajé, todo fluyó gracias a un equipo de gran calidad. El editor fue Armando Croda, un mexicano que vive en Nueva York y con quien fue un placer trabajar. También colaboramos con Company3 para el color, con mi colorista de confianza Kath Raish con quien he trabajado en proyectos, como ‘In the Summers’”, añade Alejandro que recuerda el proceso que implicó ver la corrección de color a distancia, entre las pausas a comer durante el rodaje de su último proyecto en México.

Representatividad internacional

No cabe duda de que la llegada de la ARRI Alexa 265 avecina grandes oportunidades para la expresión de la imagen mediante una portabilidad que parece no tener límites. Sin embargo, es el proceso de su presentación lo que a su vez camina en paralelo al desarrollo creativo del demo en cuestión, contado de la mano de la visión de un director de fotografía mexicano quien, al lado de su gran equipo de trabajo, puso en el alto la visibilidad de una herramienta que perdurará por los próximos años en la industria cinematográfica a nivel global.

De este modo, lo que podría haber sido una representación meramente técnica de las nuevas actualizaciones de la marca alemana, se transformó en una colaboración que atiende al trabajo mismo del cinefotógrafo, valiendo la unicidad de pensamiento e imágenes que Alejandro podía crear con una nueva cámara. O en otras palabras, honrando la singularidad de su mirar en un podio internacional.

“Hablar de mi experiencia con la Alexa 265 en la presentación mundial de ARRI, me permitió dialogar al lado de colegas a quienes admiro desde hace tiempo por su trabajo, pero lo más especial del proyecto, fue haber explorado rodeado de amigos y profesionales talentosos”, finaliza Alejandro Mejía AMC.

https://youtu.be/7oRn3BdoQRA  

 

 

Sigue a Alejandro Mejía AMC

https://www.alejandro-mejia.com