Alma, una mujer albina, sale de la cárcel después de haber sido estafada por su antigua pareja sentimental. Está decidida a recuperar lo más importante de su vida y no estamos hablando de su libertad. Buscando ayuda, se reencuentra con Conchita, una amiga del pasado que le brinda apoyo, pero que a la vez le esconde información que le podría ayudar a salir más rápido del bache en el que se encuentra. Para sobrevivir, Alma trabaja por las noches como cuidadora de un hombre hipocondríaco llamado Clemente con quien entabla una relación. Juntos sobrellevan la vida que poco a poco se va re-acomodando.
Para crear el universo visual de la película, el director de fotografía Javier Morón AMC colaboró hombro a hombro, con su pareja sentimental: la directora tapatía Kenya Márquez. Ambos habían trabajado juntos en otros proyectos como la película ‘Fecha de caducidad’ (2012). “A Kenya, como directora, le gusta narrar con imágenes, se clava en la estética. Esto permite crear cosas exquisitas y oníricas. Como fotógrafo esto es un placer, ella es arriesgada con la imagen. Lo cual se agradece porque permite explorar hasta llegar a la estética que más le conviene a los proyectos. Otro de los aspectos que valoro de trabajar con ella es ese toque femenino que impregna en ciertos detalles que sólo una mujer puede abordar”. Sobre trabajar a lado de su pareja menciona, “ tiene que ver con una pasión, como la vida misma. Y cuando funciona es una experiencia super intensa”.
Como ejemplo del trabajo de Kenya al abordar estos detalles, Morón recuerda una secuencia en particular de “Fecha de Caducidad” en la que dos mujeres entablan una conversación en la cual la directora decide hacer un dolly in hacia las piernas de las actrices sin revelar sus rostros. “Son detalles que solo las mujeres pueden lograr. Antes de hacer esa escena me pregunta: “tienes miedo” y le dije claro que no” -cuenta entre risas- “La escena es preciosa. No necesitas verles la cara porque ves la feminidad en esos detalles. Es una cosa que agradezco y que me fascina cuando trabajo con Kenya, siempre te llevará hacer una imagen diferente.”
Imágenes y atmósferas
Para Morón lo más importante es crear una atmósfera y así darle una personalidad única, hacer peculiar la historia, película o el trabajo en el que se encuentre. “Una imagen tiene el poder de llevarte a una película completa. Recordar la película por su peculiaridad por más sencilla que sea. Esto me lleva a pensar en cómo lo voy a hacer y cómo lo voy a abordar. Analizar desde la colorimetría. ¿De qué color me la imagino? Obviamente siempre tomando en cuenta las necesidades mismas del proyecto y la visión del director. Siempre tengo esa necesidad, aún más importante que la tecnología. Aunque la use todo el tiempo.” En el caso de Asfixia, debido a que la trama está cargada de drama y a necesidades propias de la gente albina, se optó por una atmósfera fría cargada hacia tonos azules y verdes.
Imágenes y atmósferas
Para Morón lo más importante es crear una atmósfera y así darle una personalidad única, hacer peculiar la historia, película o el trabajo en el que se encuentre. “Una imagen tiene el poder de llevarte a una película completa. Recordar la película por su peculiaridad por más sencilla que sea. Esto me lleva a pensar en cómo lo voy a hacer y cómo lo voy a abordar. Analizar desde la colorimetría. ¿De qué color me la imagino? Obviamente siempre tomando en cuenta las necesidades mismas del proyecto y la visión del director. Siempre tengo esa necesidad, aún más importante que la tecnología. Aunque la use todo el tiempo.” En el caso de Asfixia, debido a que la trama está cargada de drama y a necesidades propias de la gente albina, se optó por una atmósfera fría cargada hacia tonos azules y verdes.
El director de fotografía uso como aliada la óptica para suavizar un poco todo el drama de la historia. “En mis proyectos suelo elegir siempre primero la óptica, en este caso opté por los Leica Summilux y una Alexa Mini. Esta cámara era de gran ayuda puesto que se decidió estéticamente que se querían lograr sensaciones diferentes entre los interiores y exteriores de la película. Los interiores debían de ser oscuros y calmados, con ligeros movimientos de cámara y dollys muy controlados. Los exteriores por otro lado tenían que ser agitados, cámara en mano y steady para mostrar cómo el personaje es afectado por el exterior.”
Retratar la realidad de México
Asfixia nos muestra un lado de México que ha sido retratado de formas variadas a lo largo del tiempo. Aborda temas presentes y latentes en la sociedad mexicana como la discriminación, el racismo y el clasismo. Resulta sumamente interesante la forma en que son tratados en la película. “Trata de racismo, un racismo muy sutil. Venimos de un pueblo mestizo y golpeado desde la Colonia. Hoy en día lo vemos con con los norteamericanos hacia nosotros. Pero esto no deja de lado que México es un país muy racista y clasista. Nos portamos igual con los centroamericanos. Entonces es interesante que en esta película se vuelque, el racismo hacia lo blanco, cuando siempre ha sido al revés”. Así lo describe Morón.
Varias escenas se desarrollan concretamente en Pantitlán. Este espacio pocas veces mostrado en el cine nacional, fue registrado a través de los pasillos que conectan el metro y de los mercados alrededor de la estación de metro. Se buscó casi siempre tener a la ciudad como un lugar nublado, esta atmósfera servía para enfatizar la melancolía misma de la historia, ya que es un drama. Morón dice, “hay amor pero es melancólico. Todos los personajes siempre son llevados al límite, son buenos o malos, no hay grises”. En Pantitlán se tuvo que filmar sin molestar a la gente que verdaderamente trabaja ahí, ellos no podían simplemente parar su vida. “Se tuvo que aprender a trabajar con la realidad en vez de ser tan invasivos, no pusimos cordeles, nos filtramos sin molestar. No podía poner babennetes, pero logramos poner una que otra manta en el piso, para que no le rebotara la luz a Alma”.
Kenya trabajó el guión años antes de poder producirla, siempre contando con Morón como fotógrafo. ”Empecé por leer el guión e imaginarlo visualmente. Kenya se tardó dos años buscando a la actriz adecuada”. Para Asfixia, la importancia de encontrar a una actriz albina y que pudiera cargar con el papel era importante para crear realismo. No se podía simplemente caracterizar a alguien. Durante el proceso de casting, ambos realizadores hicieron investigación sobre la vida de estas personas para así poder retratar de mejor manera su forma de vida y de ver el mundo. Debido a la falta de color en la piel, el rebote de luz afecta su visión. “Era muy interesante porque ellos ven diferente. Debido a esto tratamos de representar en las escenas con punto de vista de la protagonista, de una manera borrosa”. Después de un largo proceso de búsqueda, dieron con la no actriz Johana Fregoso, quien sale en un video de la banda de rock mexicana Café Tacvba.
Cada vez se vuelve más común utilizar no actores en el cine nacional, sin embargo nos hemos llevado grandes sorpresas con las actuaciones. Johana tuvo que entrenar para el papel por semanas y así conocer a fondo al personaje. “Por mes y medio se fue a vivir a otra zona de la ciudad. Tenía que transportarse al training con sus propios medios; despojarse de sus cosas y vivir con 200 pesos. Y, sobre todo, ver México. Fue sometida al “método” pero aguantó todo y se mantuvo en todo momento muy comprometida con el proyecto”. – menciona Morón.
“Otro de los talentos de Kenya son sus puestas en escena. Son espléndidas. Usamos mucho el plano secuencia y creo que para un no actor es mejor un porque una vez arrancando se siguen y no tienes que hacerlos repetir tanto una emoción. Kenya lo hace muy bien”. La complejidad del planosecuencia es crear la atmósfera para atrapar al espectador. Es aquí donde el trabajo de todos confluye para crear un todo.
El trabajo de luz
Al igual que sucede con las pieles oscuras, retratar e iluminar pieles tan blancas como estas representa un reto. Se tuvieron que realizar pruebas de iluminación para ver descubrir la mejor manera de retratarla de acuerdo a las necesidades de la historia. “Me llegó un angelito a fotografiar.”- dice Javier- “Le hicimos estudios y pruebas con maquillaje y peinado; con luz natural, tungsteno, HMI.. etc. y así fuimos sacando conclusiones. Como íbamos a trabajar en mercados y los techos de ahí son de lona de color rosa o verde, al ponerla bajo estas condiciones ella se coloreaba del color del techo. Decidimos que el verde era el que mejor le funcionaba”.
Una de las cosas que tuvieron que tenerse en cuenta fue la sensibilidad de los albinos a la luz, debido a esto se trabajaron las secuencias de exteriores en las mañanas. “Decidimos trabajar su piel como en los amaneceres y así controlar la colorimetría e irnos a azules. Casi todos los exteriores son en la mañana y así evitábamos que le diera luz directa excepto en una escena donde Alma ve a su hija (también albina) recorrer calles hasta llegar a un camión. Era un proceso doloroso no sólo emocionalmente, sino también físicamente para el personaje, pues el sol del mediodía le provocaba ámpulas en la piel expuesta directamente a la luz solar. Tuvimos tantos exteriores y eran tan grandes que fue muy difícil, pero la directora respeto mucho las horas que propuse para hacer las escenas, lo cual facilitaba el trabajo. Para esta película decidimos trabajar lo más naturalista posible. Por su puesto utilicé luces pero la idea era trabajar con luz natural, lo cual funcionaba perfecto para los numerosas exteriores que hicimos”.
Siguiendo la misma lógica de tener la luz lo más natural posible, Morón dice que los interiores los trabajó con low light. “Lo que hacía era rebotar luces en el techo, para primero crear las atmósferas, después me ayudé con las prácticas. Para explicar mejor esto, había un poroflex pegado en el techo, el cual tenía alrededor un faldón. Abajo del faldón había un pullcat con su luz. Entonces la luz suave del kino rebotada, bajaba y controlaba las paredes. Esa era mi atmósfera interior.”
La cadena de decisiones para el lenguaje visual de “Asfixia” tomó forma desde el aspect ratio que se escogió 1,85:1. “Llegamos a la conclusión que era una película más interna y de personaje, el alrededor no afectaba tanto a ella, si no que ella misma afectaba a su alrededor, por eso decidimos achicar el formato. Después de fijar el aspect, decidimos la óptica y luego el diafragma. Nos la jugamos con stops de 2 – 2.8, que mataban al asistente de cámara.” – ríe el fotógrafo- “Nos fuimos con diafragmas abiertos para separar y traer al personaje principal al primer plano”.
Morón cuenta que hay una escena en particular que resultó ser todo un reto, la secuencia cuando se inunda un cuarto. Se mandó construir un foro en el que se pudiera realizar la escena. “Para esta escena hice pruebas de cámara porque queríamos ver el brillo del agua en la pared y que no se fuera completamente transparente. Lo que hicimos fue un plafón en donde sólo llegaba luz a las paredes y con lo poco que le llegaba de luz a ella era suficiente. También hicimos pruebas con colores para la pared y al final escogimos los más oscuros para que tuviéramos efecto espejo. Utilizamos cámaras submarinas solo cuando ella baja a buscar la foto. Se hicieron pruebas también para saber como tener la foto y que funcionara para el shot. Pruebas de papeles y de tamaños, al final la foto utilizada era más grande que la que se había mostrado en una escena anterior. La foto tuvo que ser enmicada para que brillara más.” Esto se realizó en una alberca en donde se tuvieron que mantear las paredes y el fondo, bastó con usar un M60 para iluminar.
El agua en la película es un elemento muy importante, es un personaje más. Por ejemplo en la escena antes descrita significa las lágrimas de Alma por no poder tener a su hija en brazos. En la escena final, Alma y Azulita nadan en el mar, en esta ocasión el agua evoca al vientre materno. “El agua y el mar te abrazan, representa toda una unión de ellas, de ellas con su entorno.”
En cuanto a la corrección nos comenta que: “Soy muy clavado en esto. No cambio tanto entre una cosa y otra. Sigo usando el exposímetro para llevar una relación de contraste y control lumínico. Ahora trabajo mucho con la temperatura de color en cámara. Antes, en negativo tenías sólo daylight o tungsteno y utilizaban filtros para cada uno. Ahora puedes manipularlo y te puedes adaptar al naturalismo del momento. Podrías tener un clima en exterior y lo trabajas en 5500 K, lo puedes corregir o enfatizar pero ya controlas a tu favor la temperatura. Eso te permite jugar más”.
“Sin demeritar mis trabajos anteriores. Me gusta mucho mi trabajo en esta película. Uno siempre piensa eso del último proyecto pero este en particular tiene muchas cualidades y me dejo mucho aprendizaje. Fue un reto fotográfico.”
Trabajo de Equipo
“Fue una película que traía un storyboard hecho con un mes de anticipación junto con la directora y con los detalles bien planchados. Soy una persona obsesiva con la luz y voy a las locaciones a estudiar cómo funciona en el lugar, tomó notas y fotografías. Por su parte, trabajar con Kenya es muy rico en ese aspecto, ya que trabajas con una persona que hace su tarea. Planea, ensaya, trabaja a los actores hasta en el más mínimo detalle. Lo único que queda entonces por hacer, es hacerlo bien. El cine es trabajo creativo, de relaciones, de pasiones, piramidal, en equipo. Un fotógrafo participa y opina pero no tiene la última decisión, se tiene que aliar de la mejor manera con el director sin que haya imposición fotográfica”.
Para finalizar, Morón hace dos reflexiones. Primero que desde su época como estudiante del CCC, siempre tuvo la necesidad de transmitir a través del color una sensación, de poner en un cuadrado (o sea la pantalla) emociones. “Primero emplastaba los colores, después comencé a trabajar las temperaturas, más adelante descubrí que en lugar de poner filtro general, era mejor jugar con la colorimetría para crear volúmenes. Disfruto y me gusta mucho fotografiar películas, siempre dándole su debido lugar a la gente que también trabaja en ellas (director, director de arte, etc,). Nunca voy a instalar mis necesidades, mas bien, busco a través de la película sacar mis necesidades y lo que sé y he ido aprendiendo con el tiempo, es decir yo voy sólo a enriquecer y trabajar en equipo”.
Para un director de fotografía, además de establecer una relación con el director, es necesario entablar una cercanía con el director de arte. “El director de arte tiene que ser tu mejor amigo. El te cuida las trampas, te ayuda a mantener una atmósfera. Tienes que convencerlo de lo que quieres hacer.” Javier Morón ya había trabajado anteriormente con Lorenza Manriquez (diseñadora de producción en Asfixia) como directora en un cortometrajes. “La conozco desde hace mucho tiempo. Ella es del CUEC y yo del CCC, somos más o menos de la misma generación.”
Segundo que él sabe de antemano lo difícil que es hacer y distribuir una película. Asfixia tardó casi un año en estrenarse después de su estreno en el Festival de Cine Internacional de Guadalajara. Y su llegada fue en salas selectas, es decir no se distribuyó en todos lados como pasaría con un blockbuster de Hollywood. Morón piensa que mucha gente si quiere y le interesa ver el cine mexicano, porque se hacen muchas películas al año en el país, y sólo algunas llegan a los cines. A él le gustaría que hubiera una sala exclusiva de Cine Mexicano, así como hay una sala de Cine de Arte.
A Javier Morón AMC nunca lo ha dejado de emocionar el cine y confiesa que el miedo es parte de esa sensación que todos tenemos antes de iniciar un proyecto. Nunca me ha dejado de dar miedo. El primer dia es espantoso, no duermo hahaha”- ríe el fotógrafo- … “Mandenme a la batalla. No me hagan esperar que me pongo nervioso. Pero cuando sientes la luz, me emociono, esa primera luz que enciendes es emocionante. Eso nunca lo he perdido y por supuesto, no le he perdido el respeto”.
