En la vida cotidiana no solemos poner atención a lo que sucede con el agua, a sus características, su interacción con otros cuerpos u objetos y a la importancia que tiene para la vida misma; el agua es mágica y dinámica. El mundo subacuático nos parecería como un planeta completamente desconocido y ajeno si no fuera por aquellos que se han aventurado a documentarlo en imágenes.

Por Kenia Carreón y Milton R. Barrera
Fotos: Fito Pardo AMC y Milton R. Barrera

La cinefotografía subacuática nos permite jugar con el movimiento, con texturas, nos muestra un mundo que no podemos disfrutar normalmente. Fotografiar bajo el agua requiere de conocimientos técnicos específicos muy diferentes a los que se utilizan en la tierra. Fito Pardo AMC, tiene ya varios proyectos under water en su filmografía, pero este en específico es especial porque toda la historia se desarrolla dentro de este ambiente. 

Para “Espíritu del agua”, Emilia Duclaud, directora del proyecto, decidió narrar a través de micro historias por qué el agua es importante para el planeta. Ella tiene una gran necesidad de expresar su preocupación por la contaminación y hacer conciencia sobre el cuidado del agua.

No sólo el equipo utilizado para registrar el cortometraje requiere de una preparación especial, el personal también necesita cambiar algunos aspectos para poder estar bajo el agua y que todo se lleve a cabo bajo control. Por ejemplo, Fito se preparó un mes y medio antes del día de captura: “Estuve sometido a una dieta muy dura en la que la ingesta de proteína era primordial. También tuve que hacer más ejercicio del que acostumbro, iba a correr diario y hacía pesas.”

En México no siempre es posible tener acceso a las mejores cámaras debido a los presupuestos de los proyectos, sin embargo la resolución y creatividad de los involucrados hace posible obtener el mayor provecho de lo que tenemos al alcance. El director de fotografía tuvo la oportunidad de hacer pruebas de cámara dentro de la alberca con dos semanas de anticipación para prevenir las necesidades y elegir la cámara que mejor se adaptara a este proyecto pensando en cuestiones de tiempo y presupuesto.

Debido a su experiencia al fotografiar bajo el agua, Fito Pardo AMC sabía que requería de un sistema de autofoco que fuera de ayuda ya que no era posible tener marcas para que los actores estuvieran siempre en el mismo lugar. Además, el tiempo de filmación era muy reducido y la velocidad era importante. Pardo optó por utilizar la cámara Canon EOS R con lentes Canon de 50mm y un zoom 24-108mm. “Es el mejor lente que pude haber utilizado. A mi me gusta trabajar con diafragmas abiertos y este lente me permitía trabajar a f 1.2”.

La producción buscó una alberca que no tuviera edificios grandes cerca, precisamente para que los rayos del sol incidieran directamente en el agua la mayor parte del día. La locación utilizada fue la fosa de clavados del Centro Deportivo Chapultepec, la cual cuenta con cinco metros de profundidad y está al aire libre.

“Empezaríamos a grabar las 9:00 am pero nos retrasamos por las mantas. Las únicas horas buenas eran de las 11:00 am a 4:00 pm con un poco de rango antes y después nada más.” Sandra de Silva (Apertura), encargada de foto de la unidad B, dijo: “cuando entré al agua me tardé varios minutos en acostumbrarme a manipular la cámara. Otro de los retos más fuertes era terminar antes de que el sol se fuera detrás de un edificio ya que perderíamos la constancia de luz y lo más importante, que no nos ganara la puesta del sol por que ahí sería imposible trabajar”.

El equipo de iluminación constó de dos HMI M40 y dos pizarras de sol con espejos para reforzar la luz, controlar el contraste y recortar a los personajes. El equipo fue aportado por CTT Exp & Rentals. “Los fresneles los pedí porque había estado muy nublado, de hecho el día de rodaje oficial se canceló por la lluvia y el granizo”-recuerda Fito.

Dentro de la fosa utilizaron tres mantas de tela negra para cubrir una esquina de la alberca: “Se escogió esa esquina ya que tenía en mente la dirección del sol durante el día y eso me permitía tener el contraste que necesitaba”. Sobre la plataforma de tres metros se encontraba el HMI dirigido a los actores y en la orilla de la alberca las pizarras para reflejar la luz del sol a donde se necesitara. “Tuve un problema con las mantas. Pedimos las telas limpias para introducción al agua, sin embargo, cuando las metimos desprendieron tierra y ensuciaron. No mucho, pero lo suficiente para afectar nuestros tiros. A partir de eso, tuvimos que decidir otras maniobras para los demás tiros”.

El problema de las mantas fue que al soltar la pelusa en el agua, era más difícil hacer foco dentro de ella, además de que se perdió un poco de contraste. “El agua debe estar cristalina para poder filmar. Al tener ese material flotando alrededor, era como haber puesto un ND, entonces no se podía ver mucho. De hecho, estaba planeado que Sandra grabara las mismas secuencias que yo pero desde un ángulo diferente y, debido a la condición del agua, ella tuvo que hacer otras secuencias desde su lado de la alberca.”

Apoyados por un equipo de especialistas se construyó un andamio para que Fito y el crew que estuviera dentro de la alberca pudieran sostenerse. Los expertos en buceo compartieron con el crew las precauciones necesarias para no sufrir accidentes y evitar ponerse en riesgo. “Aprendí a bucear desde que cumplí 15 años. Yo sabía que si me paso de 3 metros en un lapso de filmacion bajo el agua de más de 2 horas, a las 4 horas ya no iba a aguantar. Desde el principio lo planeé para estar a un máximo de 3 metros de profundidad y no pasarme porque la presión se vuelve insoportable, por eso pedí la plataforma para que no me fuera más abajo de la marca y poder aguantar más de 6 horas. Al final, terminé quedándome ocho horas”.

Dentro de un módulo subterráneo y contiguo a la alberca, se encontraba la segunda unidad de cámara encabezada por la directora de fotografía Sandra de Silva. Las escenas fueron capturadas a través de ventanas cercanas a la orilla. Debido al problema de la pelusa en el agua, una nueva tarea le fue otorgada a Sandra: ella debía hacer el registro de unas escenas en las que aparecían jóvenes actores. En esta unidad se utilizó la cámara Canon EOS C300 con lentes 40mm y un zoom 50-200mm.

Sandra estaba consciente que en algún punto del día intercambiaría lugar con Fito, para evitar que él se expusiera a cuestiones que perjudicaran su salud. “Hace algunos años hice unas cuantas tomas para un cortometraje bajo el agua, pero no a la escala de este. En aquella ocasión fue con apnea.”- comenta Sandra al hablar de su experiencia en este proyecto. Ella tuvo tomar un curso express de buceo para este corto. “Lo más complicado fue estar tantas horas debajo del agua. Primero entró Fito, quien esperaba poder hacer todo el corto bajo el agua, sin embargo me tuvo que pedir que lo relevara ya que el esfuerzo era demasiado. Además, la alberca está al aire libre lo que provocó en todos quemaduras de sol en la piel.” El trabajo de ambos directores de fotografía fue agotador. Después de que Sandra relevara a Fito dentro de la alberca, el cinefotógrafo tomó el puesto en el módulo subterráneo para seguir trabajando en las escenas en las que aparecen niños. 

Uno de los aspectos fundamentales a tomar en cuenta cuando se fotografía bajo el agua, es que el color de los diferentes elementos cambia conforme se alejan de la superficie debido a que las ondas de luz se comportan de diferente manera que en el aire. Algunos colores se pierden rápidamente mientras que otros como el azul, siguen prevaleciendo. Para contrarrestar este efecto se utilizó un filtro especial para no perder los colores, además se habló con la diseñadora de producción sobre los colores de objetos y vestuarios. Fito prefería no utilizar colores azules o negros debido al color del fondo y al color que predominaba en el agua.

Además de la experiencia en tomas bajo el agua, Fito es un pionero en el uso de nuevas tecnologías audiovisuales. En este caso se experimentó con la captura de video en 360º para lograr efectos diferentes e interesantes dentro de la historia como las escenas con bailarinas de nado sincronizado: “El punto era hacerlas parecer saliendo de una pecera, esto para unos tiros especiales y hacer efecto redondo. La tecnología 360º me permite hacer eso y mucho más.”

Este rodaje, a pesar de contar con un presupuesto mínimo y haber estado tan accidentado en sus diferentes etapas por cuestiones variadas como el clima y el agua turbia, logró salir adelante gracias a la creatividad y respuesta ágil de todos los que integran su equipo de trabajo. Se dejaron llevar por sus conocimientos y dejaron que todo fluyera tal cual como el agua en la que grabaron.